El matrimonio es una ceremonia solemne y bella.

Ayer se casó por la iglesia el Andrés y la Stephanie en una ceremonia llena de emoción y risas, si, muchas risas xD.

Definitivamente somos un plato, hasta los novios reían por los nervios y mil y un recuerdos que se cruzaron entre pasillos antes de subir al altar.

Creo que lo más bello de todo es que ahora inician una nueva aventura la cual será llena de desafios y nuevos proyectos.

Esta pareja no tiene nada de distinta a varias, claro, eso decía el diácono, pero creo que es muy distinta a muchas. 3 años de pololeo, 3 años de aprender a conocerse un poco y sobreponerse de desafios que no solo la vida a puesto, si no la gente que está al costado del camino.

Es difícil avanzar y tomar una decisión tan importante cuando tienes un mundo lleno de mala onda, comentarios innecesarios y cobardes, pero son en esas ocasiones cuando te das cuenta lo mucho que importa el amor de pareja, familiar y de la amistad.

En parte, no puedo decir mucho respecto a lo visto durante esta relación, estuve dos años alejada de ellos dos y solo pude ser testigo del último año de pololeo, año el cual acompañé un par de veces al Andrés en sus pensamientos de proyección a futuro de la relación, cosa que ahora agradezco mucho.
No puedo ser majadera, es obvio, creo que en algún momento de sus vidas fui del montón de personas que miraba mientras caminaban y hablé sin saber, pero ahora que el tiempo dio la oportunidad de entender que eran solo idioteces que decía puedo entender la linda relación y porque culminó en matrimonio.